Manías literarias

Seguimos con la temática de los libros y un post o vídeo que me encanta leer o ver es el de manías que tenemos con los libros.

Porque sí, porque si te gusta leer vas a tener mil y una manía, ahí, escondidas pero que saltan como un resorte en cuanto se activa la alarma.

Aquí os dejo mi lista. Espero que no sea muy larga.

  1. Cuando me compro un libro exijo, por el precio que pago, que esté en unas condiciones óptimas. Quiero que no haya ninguna esquina rota ni ningún golpe en la portada o contraportada porque si lo hay, no lo compro y busco otra opción.
  2. Es por eso que ya no compro libros en Amazon. Es facilísimo irte a su app y comprar un libro en una edición especial, en la edición más bonita posible. Además, si eres Primer como yo, el libro te llegará al día siguiente. El problema es que esa edición especial cuando llega a tu casa después de pasar por las manos del repartidor puede llegar en un estado lamentable así que prefiero ir a Santos Ochoa (una tienda física de Logroño) y elegir yo misma el material. Además de Amazon incluyo Fnac porque la última vez que intenté comprarme un libro en Barcelona me fui sin él por como los tenían.
  3. En tercer lugar pero no menos importante tenemos a “nunca dejo libros”.  Es mi momento más huraño del mundo. Una parte de mí es capaz de dejar libros y no le importa pero otra parte de mí cuando los devuelven se encarga de revisar hasta el más mínimo detalle y comprobar que hay una hoja un poco más arrugada de lo normal y con lo cual no va a poder vivir.
  4. Por favor, esto lo grito a los cuatro vientos a los distribuidores de libros. No peguéis pegatinas en los libros. Hay pegatinas que en vez de con pegamento deben de pegarlas con Loctitte y al despegarlas (además del tema de uñas que se rompen), destrozan todos los libros o se quedan restos del pegamento y al intentarlos quitar se estropea toda la contraportada. Me pasó con uno hace 15 días y tal fue mi disgusto que estuve a punto de comprarme uno nuevo.
  5. Igual que no me gusta prestar libros evito que me los presten. Para mí los libros son un tesoro y dejo una parte de mí al leerlos así que no me gusta esa parte dejarla ahí y devolvérselo a la persona propietaria del libro.
  6. Evito leer las contraportadas y recomendaciones literarias. Cuando compro un libro lo hago por atracción. No me gusta leer las recomendaciones porque de algún modo me influencian bien creándome expectativas muy elevadas, o bien haciendo que un libro que me pueda gustar  lo mire con recelo y lo deje apartado.
  7. Me encanta leer varios libros a la vez. Leo en diferentes momentos a lo largo del día y no siempre tengo la atención suficiente para leer por lo que por el día me gusta leer libros de “tiempo libre” y por la noche leo “lo gordo”.
  8. He sacado el Kindle de mi vida. Me encanta la privacidad y la comodidad que me da a la hora de leer un libro o varios pero últimamente me estoy aficionando a coger el libro de papel y darle amor. Una parte de mi siente que si no lo tiene en físico es como si no hubiera leído el libro.
  9. Tengo que deshacerme de muchos libros que no he leído y que no voy a leer pero me da un dolor de corazón enorme y nunca encuentro tiempo.
  10. No he leído Los Pilares de La Tierra.
  11. No soy aficionada a releer libros porque cuando lo hago, aunque hayan pasado muchos años, me acuerdo perfectamente y  me desconcierta mucho.
  12. No me gusta coger libros de la biblioteca. Léase el primer punto.
  13. Sigo un orden-desorden establecido a la hora de ordenar mis libros en las estanterías. No me gusta ordenarlos por colores o por tamaños o por temas si no que suelo ordenarlos en función de cómo los voy leyendo. Además, los ordeno de una forma muy visual pero no perfecta por tamaño escalado. Ninguno puede ser igual que el de la derecha o el de la izquierda a no ser que sean diferentes partes del mismo libro.
  14. En cada libro que compro me gusta tener un marcapáginas diferente y cuando acabo de leer el libro me gusta dejarlo dentro. Para mí es toda una fiesta que el marcapáginas sea del propio libro que estoy leyendo o que vaya con los colores y la estética del libro que estoy leyendo.

Aquí tenéis un ejemplo de una de mís nanías. A la izquierda el libro de mi madre que había empezado y a la derecha el libro que me he comprado y he leído sin reparos. Y hasta aquí mis manías literarias. Creo que tengo alguna más pero con estas ya os he trastornado bastante, seguro.

Una parte de mi «nueva estantería» limpia y aseada.

¿Os pasa lo mismo? ¿Sois maniáticos con los libros? Mi tío, por ejemplo, los ha forrado toda la vida para que nadie viera lo que estaba leyendo por la calle.

Nos vemos entre lecturas 😉