El año del bañador

¡Buenos días!

Si hay algo que me gusta del verano es que puedo aprovechar para comprarme bañadores y bikinis por doquier.

Me encantan. No sé ni los que tengo y me da una pereza inmensa contarlos pero me encanta comprarlos.

Recuerdo antes, cuando era una chavalita, que tenía uno y ya pero gracias a la globalización (para esto ha venido de maravilla) podemos permitirnos todos los años hacernos con un par de ellos nuevos.

Para empezar diré que no tengo un «cuerpo fácil». Sí, estoy bien proporcionada porque pese a tener caderas tengo cintura pero mis pechos son grandes cosa que no es extremadamente problemática pero hay que guardarlos en algún sitio.

Habitualmente me los compró en el Decathlon porque me encanta poder elegir tallas de arriba y de abajo y saber que los que me compro tienen una sujección plus ante la posibilidad de nadar sin problemas o que un hijo te meta la mano y acabes con las lolas al aire o con tu culo blanco y reluciente a la vista.

Este año la cosa ha cambiado un poco por culpa o gracias a un bañador que os muestro un poco más abajo y que ha hecho que mis rebajas se hayan centrado en Oysho este año.

Empezamos con una trampa. Digo que es una trampa porque este no me lo he comprado yo si no que me lo ha regalado mi madre y empiezo por él porque todavía lo podéis encontrar en tienda.

Este bañador de color fresa y con topos podríamos decir que es «tipo faja». Espera, en serio, ¿topos tu? No me lo creo.

Sigamos. Digo que es tipo faja porque es el más ajustado de los tres y por detrás el escote es casi igual que por delamte por lo que queda justo debajo de los homóplatos.

Es cómodo y favorecedor por su color. Tiene ese pequeño refuerzo interior que yo siempre quito y en mi Instagram podéis ver cómo queda.

Podéis echarle un vistazo pulsando aquí.

Seguimos con el bañador que comenzó con este efecto Pokemon que no es ni más ni menos que esta preciosidad.

No sé si es un bañador, es un trikini o es algo que te pones en el cuerpo pero sólo sé que pese a tener tirantes de spaguetti me sujeta el pecho como ninguno y al tener agujeros en la cintura sienta fenomenal.

He de decir que me enamoré de él en cuanto lo ví por su precioso estampado de aves de paraíso pero os suena lo de.. oysho no es para mí porque es para gente si tetas ni culo ni…. pues no bonitas. Hacer cómo me dijo Lucía cuando le dije que con mis lolas no me iba a comprar un top lencero: «pruébatelo y ya si eso me cuentas».

Al final, fue mío por 19,99 euros. No es ninguna ganga pensando que costaba 29,90 pero es que antes tampoco era caro.

En la web ya no está pero alguno puede que haya por tienda. Si lo véis, os lo probáis y ya me contaréis.

Y acabo con la ganga de las rebajas. Este sí que ha sido una ganga porque me ha costado 12,99 €.

Igual que el anterior es más un trikini que un bikini y pese a que no es el más favorecedor para mi pecho (o es la sensación que me da) tenía muchas ganas de un bañador blanco y por ese precio no podía dejarlo ahí.

Tiene volantes en los tirantes y se cierra en la parte de detrás con haciendo una lazada y es de tiro normal, no sube especialmente.

Y hasta aquí el post de hoy. Podéis ver que me está dando por los bañadores últimamente.

Y a vosotras, ¿os ha pasado lo mismo con los bañadores o no cambiáis el bikini por nada?

¿Sois de las que tenéis pocos o muchos trajes de baño?

¿Dónde los compráis?

Nos vemos entre lecturas 😉